Construyamos juntos la Casa del Señor
- Mkubo Digital
- 22 ene
- 3 Min. de lectura

Amados hermanos y hermanas, hoy quiero invitarlos a reflexionar sobre una tarea sagrada que Dios nos ha dado: la construcción de Su templo, un lugar donde Su nombre sea glorificado y Su pueblo se reúna en unidad para adorarle.
En 1 Crónicas 29:9 vemos cómo el pueblo de Israel, bajo el liderazgo del rey David, ofreció de corazón para la construcción del templo del Señor:
"Entonces el pueblo se alegró por haber contribuido voluntariamente, porque de todo corazón ofrecieron al Señor; y también el rey David se alegró en gran manera."
Dios nos llama a ser colaboradores de Su obra. Cada donación, cada ofrenda, por pequeña que sea, es una semilla que sembramos para un propósito eterno.
Como dice 2 Corintios 9:7:"Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre."
Este templo que queremos construir no es solo un edificio; es un lugar donde muchas vidas serán transformadas, donde familias encontrarán consuelo, donde los perdidos hallarán salvación y donde Su nombre será exaltado. Al participar en esta obra, estamos invirtiendo en el reino de Dios y en el futuro de generaciones por venir.
¿Cómo puedes sembrar?
Con tu ofrenda, estás plantando en un terreno fértil para la gloria de Dios.
Con tu generosidad, estás dejando un legado eterno.
Recuerden la promesa de Dios en Hageo 2:9:"La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, dice Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar."
Hoy te invitamos a ser parte de esta visión. No se trata solo de construir paredes, sino de edificar un lugar para la manifestación de Su gloria. Dios multiplicará tu siembra y bendecirá tu vida de maneras que no imaginas.
Levantémonos como un pueblo unido, llenos de fe y amor por la obra de nuestro Dios. Juntos construiremos este templo para Su honra y gloria.
Un llamado a construir la Casa del Señor: Sin deuda y con propósito
Amados hermanos y hermanas, hoy quiero invitarles a ser parte de un sueño que nace en el corazón de Dios: la construcción de un templo, una casa para el Señor, que será mucho más que un lugar de reunión. Será un refugio para los necesitados, un lugar de restauración para los adictos, un espacio donde las viudas, los huérfanos y los deambulantes encontrarán el amor y el cuidado de Dios.
En la Palabra de Dios, en 1 Crónicas 29:9, vemos cómo el pueblo se unió con generosidad para construir la casa del Señor:
"Entonces el pueblo se alegró por haber contribuido voluntariamente, porque de todo corazón ofrecieron al Señor."
Nuestro objetivo es construir este templo sin deudas, confiando en la provisión de Dios a través de Su pueblo. Queremos que cada piedra, cada ladrillo y cada detalle de esta casa sea testimonio de la fidelidad de Dios y de la generosidad de Su iglesia.
Como nos enseña 2 Corintios 9:7:"Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre."
Este templo será:
Un lugar donde las viudas y los huérfanos recibirán apoyo y cuidado.
Un refugio para los deambulantes, donde encontrarán consuelo y ayuda.
Un centro de restauración para aquellos que luchan con adicciones.
¡Que el Señor bendiga tu corazón generoso y multiplique tus ofrendas! Pastora Jadira Garcia
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